Rafael Ruiloba |
En el año 2011, Michael Gove, el Secretario de Estado de Educación en Gran Bretaña, dijo que los niños de 11 años deberían leer 50 libros al año para mejorar sus niveles de alfabetización. Pidieron a tres de los principales autores para niños de Gran Bretaña y dos expertos más que cada uno seleccionara 10 libros adecuados para estudiantes de 7 años de edad. El resultado: una lista de los 50 libros que los teóricos ingleses consideran básica para que los estudiante lean.
El 4
de abril de 2013, en el auditorio del Museo Antropológico Reina Torres de
Araúz, en su discurso de toma de posesión como Presidente del Consejo
Nacional de Escritores, Rafael Rulioba utiliza, como soporte filosófico y
pedagógico, la lista publicada el 23 de marzo de 2011 en El Independent para sustentar su tesis de que la literatura opera en las personas para ayudarnos a ser mejores seres humanos.
Según
el escritor panameño, en exclusiva para El que lee se da cuenta: “No se trata de que los estudiantes panameños
lean cualquier libro, cada género tiene una utilidad: la poesía crea conexiones
en el cerebro, el ensayo enseña a pensar, y la narrativa va dirigida a la
adquisición de valores tal como hacen los ingleses en esa lista de obras que
consideran básicas para sus estudiantes. Esto no sucede en nuestro sistema
educativo donde se evita toda relación de la lectura con la realidad. Los
estudiantes panameños no leen ensayos. Los
norteamericanos consideran que hay que hacer énfasis en la lectura de no
ficción porque crea modelos de pensamiento”. En síntesis el ensayo del
profesor Ruiloba propone los argumentos en contra del mal uso de la literatura
que hace el Meduca que logra sólo que los estudiantes de Panamá queden
alienados por la gramática y por el copia y pega.
Para
Ruiloba las lecturas inglesas son un modelo de obras literarias que proponen valores
y dan formación cultural para enfocar la enseñanza de la literatura en la
escuela panameña con nuevos parámetros para leer con calidad. El Presidente
del Consejo Nacional de Escritores Panameños sugiere que las autoridades
deberían publicar una edición popular de la Biblioteca de la Nacionalidad y que se debería pensar en elaborar la
lista de las 50 obras de autores, poetas
novelistas cuentistas y ensayistas panameños que fortalezcan la
identidad nacional.
Para
El
que lee se da cuenta, el discurso de Rafael Ruiloba es una de las
mejores piezas del género ensayo que se ha pronunciado en el marco de un discurso en
los últimos tiempos. Hace una reflexión de los poderes misteriosos de la
lectura citando a Homero, Cervantes y Shakespeare, así como a importantes autores panameños para proponer alternativas a la educación. Reproducimos el discurso y la
lista de los 50 libros, no para criticar en vano y sin fundamento, si no con el
propósito y la esperanza de que tanto las autoridades educativas, desde la decisión política, así como cada docente desde su voluntad personal, hagan una reflexión crítica
de lo que realmente estamos dando a nuestros niños y jóvenes. Tal vez así
tengamos más claro Para qué sirve la literatura.
Carlos Fong
Oficina del Plan Nacional de Lectura de Panamá
Carlos Fong
Oficina del Plan Nacional de Lectura de Panamá
¿Para
qué sirve la literatura?
Discurso
del escritor Rafael Ruiloba como nuevo Presidente
del Consejo Nacional de Escritores de Panamá.
La respuesta a esta pregunta ha sido diversa y variada como diversos y variados son los géneros literarios; ende no es sencillo responderla, sobre todo si nos preguntamos para qué sirve la literatura en educación ahora que vivimos en una sociedad globalizada donde la cultura se divorcia de la geografía y de la historia como nos recuerda Edgar Morín de la UNESCO. Sin embargo, esta es la pregunta que nos hacemos desde que Homero creó los primeros monumentos de la Literatura Occidental.
En La Odisea la literatura
sirve para ilustrar la búsqueda de la verdad que define los parámetros de la
condición humana, desde el punto de vista de los griegos. Hemos heredado de ellos la verdad como valor
para la cultura. Por algo heredamos de Grecia la filosofía. En la mitología relacionada con la Odisea, los dioses
han vaticinado al Cíclope, hijo de Poseidón, que un hombre que se
llama Nadie tratará de engañarlo y le sacará los ojos, por lo que debe estar atento para
evitarlo, pero el cíclope hace caso
omiso de la verdad vaticinada, se emborracha y es engañado por Ulises. Por eso su padre, Poseidón, trata de destruir a
Ulises, evitando su regreso a Itaca, al
seno de su familia. De ahí el nombre de La Odisea, que tuvo que padecer para
regresar a Itaca.
Como contraste en el texto del poema, Telémaco sale en busca de su padre para
saber si está vivo o está muerto. En su
viaje interrogan a varios testigos que se remiten a un Dios que solo puede ser visto cuando se
le interroga por la verdad, pero como los dioses no se presentan de forma
directa, se transforma en un animal.
Este Dios fue condenado a decir solo la verdad,
por tanto dice que Ulises está vivo, Telémaco acepta la verdad
vaticinada por el Dios, lo cual justifica, que Penélope, su madre, teja de día y desteja de noche, para engañar
a los pretendientes y ganar tiempo, mientras
Ulises, acosado por
Poseidón para que no regrese, sortea una pléyade de mujeres que le ofrecen el placer, la juventud, la inmortalidad, e incluso debe
bajar al infierno donde su madre muerta años atrás le dice la verdad, sobre lo que le va a
suceder; antes de eso, lo mismo había
hecho Calipso, la diosa Atenea
disfrazada de doncella. De esta manera
Ulises siempre ha seguido el sendero marcado por la verdad, y para
ratificar su deseo de regresar, pero el héroe siempre elige regresar a su pueblo y a su familia,
porque estas constituyen lo único verdadero, que existe para una persona. La elección por la verdad que hizo Telémaco,
hijo del hombre, se contrasta con la elección por la mentira, que hizo el
Cíclope el hijo del Dios, al hacer caso omiso del vaticinio de la verdad. Ulises elige su familia, la pobre isla de Itaca. Porque en ella está todo lo
que un hombre necesita: su cultura, su identidad y la muerte, rodeado de los suyos, el cual es el único camino a la eternidad del hombre.
En el poema de Homero las mujeres son
portadoras de la verdad, y Penelope, portadora de la fidelidad, pues ella elige la fidelidad a partir de la verdad vaticinada por el Dios, la cual se presenta o
se prueba por medio de la cadena de reconocimientos que tiene Ulises a lo largo
del poema. Lo que Homero subraya es
que el hombre griego debe ser astuto e inteligente para saber elegir
correctamente y hacer prevalecer la verdad y los valores de su identidad, de su
cultura y de la familia y estos valores no son posibles
sin la elección de la mujer por la fidelidad.
Esta es la lección de la poesía épica desde Homero hasta el Cid
Campeador. El Cid elige la fidelidad a su Rey, aunque sea malo. Esta es la
fidelidad que le exige la monarquía española a sus súbditos.
¿Para qué sirve la literatura en este poema de Homero? Sirve para
preservar la inteligencia, la verdad y los valores familiares. Pero ahora el mundo no es una Itaca, es un mar proceloso de símbolos que tratan de desnaturalizar nuestra conciencia,
por lo que debemos volver los ojos a nuestra Itaca y a los valores de la verdad
y saber elegir, como Ulises.
Veamos otro ejemplo, para qué sirve la novela.
En la España de las Guerras religiosas, de la Contra Reforma, y la Inquisición, Miguel de Cervantes también elige la
verdad. La verdad es uno de los valores que defiende el Ingenioso
Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Esto
lo vemos en la aventura de los molinos
de viento, el epítome de la locura de don Quijote y la muestra de que él actúa
enajenado, y este es el emblema más recordado de su obra, incluso para aquellos que no han leído al Quijote. Los molinos de viento eran el símbolo del mal
en la Divina Comedia. Lucifer tiene alas como aspas de molinos de
viento, tal como los percibe el Caballero Andante. Pero, ¿Qué sucedió en España con los molinos de
viento para que el Quijote los viese como si fueran demonios?
La respuesta es
sencilla. En la España de Felipe II
la producción agrícola fracasa y el Estado cae en una profunda crisis
económica, la cual llevó al rey a declararse en bancarrota, y para
enfrentar la crisis, se crea un sistema de molinos de vientos donde se
almacenan, procesan y distribuyen cereales.
Pero fueron el foco de infección de la peste que asoló España entre 1596
y 1602; azotó con gran virulencia las zonas centrales
de Castilla. Esta peste, según A. Thompson, en España en los
tiempos del Quijote (p. 166), “supuso la crisis de mortalidad más intensa de la que se tiene
constancia en España”, pues terminó con la tercera parte de la población".
Entonces la
analogía de Cervantes tiene un fundamento en la realidad, como todo el texto
del Quijote, porque los molinos de viento sí eran monstruos devoradores de
hombres, tal como los veía el Quijote. Y
es gran servicio a Dios quitar tan mala simiente sobre la faz de la tierra,
le dice el Quijote a Sancho. La mala
simiente de los molinos fue la que contagió a los españoles con la peste.
Después del estropicio el Quijote ve molinos de viento donde había monstruos,
porque en realidad revierte la imagen, espejo de su locura, los molinos de
vientos son los monstruos que devoraron la tercera parte de la población
española. De esta manera Cervantes
equipara la locura del Quijote con la locura de la sociedad, para criticar
la falta de los valores de la condición
humana, en la sociedad, como la falta de amor, la falta de verdad, la falta
de justicia y la falta de la dignidad,
humana, como fin social. ¿Quién es el
loco entonces? De tal manera que la literatura en Cervantes
sirve para decir la verdad, para preservar los valores de la dignidad humana frente a la locura del
poder y la miseria de la guerra.
Veamos otro ejemplo: en la época de
Cervantes, según los Jesuitas, el
código moral podía quedar en suspenso cuando estaban en juego los intereses
católicos. Esta es la moral del poder. Esto no era nuevo. Un teólogo jesuita, Herman Busembaum, en su
libro Medula tehología moralis, en
1650, escribió: quia cun finisest licitus etiam media sunt licita. "El fin es el
que hace lícito los medios". El teólogo Antonio Escobar y Mendoza, en Theologia
moralis vigenti, impreso en Lyon en 1663 escribe: finis enim dat espicificationes actibus et
ex bono vel malo fine boni vel mali redduntur; “el fin es lo que hace a las acciones buenas o malas”, que la pureza de
la intención puede justificar actos contrarios al código moral y la ley humana. Los jesuitas eligen la verdad ideológica
del poder, Cervantes la verdad de la condición humana y esta es la opción del
escritor.
La respuesta de Cervantes en el Quijote a esta moral falsaria y oportunista, es la
siguiente: «mis
intenciones siempre las enderezo a buenos fines», dice Don Quijote (III,
391, 2-3) por tanto la literatura como la entiende Cervantes está relacionada
con la verdad. Recordemos que Cervantes decía que la historia es la madre de la
verdad.
Otro autor que elige la verdad
como paradigma es Shakespeare. En La Tempestad tenemos una forma de
arrepentimiento, penitencia y
conciliación de los culpables. En este caso los culpables son los poderosos, pero su interlocutor, el ofendido Próspero, es la imagen del perdón hipócrita y desdeñoso del oportunista, que busca ganar algo; en cambio, el perdón no expresado de Calibán, que es a
su vez considerado el ofensor, porque se ha dejado ofender por los poderosos. Si bien es cierto él tiene el perdón de
la venganza, contra el poder, él es el
que debe pedir perdón, por eso no hay mejor metáfora de las relaciones de clases, que
ésta. Cuando Próspero le pide a Calibán el perdón, le dice: si quieres mi perdón trátalo con cuidado, y cuando Próspero le
dice a Calibán que él desea adoptarlo y educarlo, él le responde que prefiere
quedarse en la selva, porque la única educación que le podía ofrecer era la necesaria para convertirlo en su esclavo. Esta es la verdad de Robinson Crussoe, él
quiere convertir al salvaje Viernes, en
un esclavo, pero el esclavo, lo quiere
convertir a él en un ser civilizado.
¿No es esta la realidad de los
sistemas educativos neoliberales de hoy, educar para ser mano de obra barata y eliminar toda la educación humanista
que sirva para ser persona, para tener dignidad y conciencia de la realidad o
de la humanidad a que se pertenece? Sea cual sea la respuesta que hay a esta
pregunta, sea como sea, la victoria de
la deshumanización tiene como gran oponente a la literatura. De ninguna manera creo que
tendrán el perdón, a pesar de que maquillan la explotación y la miseria con una política social de caridad. De ninguna manera, o ¿podemos aceptar como
opción educar a la juventud para tener la conciencia domesticada? Entonces
no hay mejor forma de reiterar
esa verdad de la condición humana denunciada por Shakespeare y Cervantes, que decir que la literatura debe servir para humanizar al
hombre.
En el Rey Lear el bufón, tiene conciencia de la realidad, El rey loco, que representa el poder, está fuera de ella, pero él no lo sabe, (su imagen de Panamá es creer que es el país de las maravillas) en cambio el bufón sí lo sabe porque tiene conciencia de quién es, aunque tenga que hacer papel de tonto, por eso dice, si tuviera el monopolio de la tontería a ellos les correspondería una parte.
Tenemos así que en Cervantes y Shakespeare, la literatura sirve como una forma de lucha para preservar los valores de la condición
humana.
Esto se contrasta con las obras que leen
nuestros jóvenes. Hay obras que nos hablan
de marcianos en Darién, de ángeles que caen del cielo con su espada flamígera y
nos meten por el buen camino, sin duda esto no es verdad ni sirva para nada;
hay obras que nos hablan del sentimiento
de los ricos al ver un retrete, en pocas palabras, son obras que venden basura
ideológica, no verdades de la condición humana. En Panamá tenemos novelas que describen paso a paso el
viaje a la muerte, para resaltar la vida y la solidaridad humana
como A través del tormento de Francisco
Clark, novelas que describen la lucha del hombre contra la pobreza y
contra sus propios demonios, como Gamboa Road Gang de Joaquín Beleño o En la cumbre se pierden los caminos de Julio B. Sosa, novelas que hoy no leemos,
porque el sistema eligió leer novelas que
describen una moral sin realidad, que
venden un moralismo en chancletas, que nos tratan de volver calibanes,
prisioneros de la gramática y la subliteratura.
Veamos porque esta diferencia es
importante.
Los neurobiólogos han
descubierto que existen diferentes patrones de actividad cerebral relacionada
con el estudio de la gramática de la
lengua materna y el estudio de los lenguajes, entre los cuales
se encuentra la escritura y la literatura.
Hay más actividad cerebral cuando alguien redacta un texto, un
artículo, un ensayo, cuando uno interpreta un texto literario, porque
uno tiene que aprender otro lenguaje, ir de la lengua al discurso. Porque uno tiene que ir de los significados
de la lengua a los sentidos del lenguaje, lo cual nos enfrenta con una visión
de la vida y con la verdad humana.
La pscolingüística ha concluido que la lectura, la escritura y la
apreciación estética en general, desarrollan el cerebro, en su aspecto,
auditivo, visual, y kinético, es decir en la relación movimiento y
sentimiento, los cuales resumen las funciones de los distintos aspectos del
cerebro relacionados con el lenguaje.
Por ejemplo la experiencia
literaria de carácter poético, permite conocer experimentar, expresar y
estimular en un solo acto del lenguaje todas las funciones de las percepciones
cerebrales. Veamos la estructura del lenguaje en este poema de Pablo Neruda.
Pablo Neruda
Te recuerdo como eras en el último otoño. Movimiento y
sentimiento, el rito apalea al lenguaje auditivo.
Eras la boina gris y el corazón en calma. Lenguaje visual
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Lenguaje visual
Y las hojas caían en el agua de tu alma. Movimiento y
sentimiento
Apegada a mis brazos como una enredadera, movimiento y sentimiento
las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Movimiento y sentimiento
Hoguera de estupor en que mi sed ardía. Movimiento y sentimiento
Dulce Jacinto azul torcido sobre mi alma. Lenguaje visual
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño: visual y sentimiento y movimiento
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa visual , sentimiento
hacia donde emigraban mis profundos anhelos , movimiento y sentimiento
y caían mis besos alegres como brasas. Movimiento y sentimiento
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros. Lenguaje Visual
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! Visual, sentimiento y movimiento
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos. Lenguaje visual
Hojas secas de otoño giraban en tu alma. Sentimiento y movimiento.
Pablo Neruda |
Podemos decir entonces que la literatura por medio de la poesía
sirve para desarrollar y estimular los lenguajes del cerebro.
Si consideramos
que por cada neurona existen 10 células iguales en nuestro cerebro, entonces no
es la gramática de la lengua innata, la que nos convierte en humanos, sino que
lo es la construcción de un exocerebro, es decir el desarrollo que alcanza
nuestro cerebro por medio de la
experiencia cultural, traducida en lenguajes escritos, como los mitos, la novela, el cuento, los ensayos, las matemáticas, la música. Por eso
es válido recordar que es la experiencia cultural la que nos hace humanos; que la Cultura es uno de los derechos
humanos; que la mente humana es
logocéntrica porque une lenguaje y realidad en un sentido discursivo, lo cual
va más allá de la gramática. Por este motivo nuestra enseñanza del español es gramaticalizada, no textualizada, lo cual es
una gran pérdida de tiempo para el desarrollo de la inteligencia de los estudiantes. De allí que las grandes potencias como USA e Inglaterra, por ejemplo, eligen una cultura
textualizada.
El filósofo francés, Jacques Derrida, en su libro De la
Gramatología, postula la tesis de que la gramática ha usurpado al lenguaje; la
gramática es un leprosorio intralingüístico, por donde se trata de contener a
la escritura, lo que se traduce en la incapacidad de pensar. Estoy de acuerdo
con él. ¿Y usted? Si es así salve a su hijo y hágalo leer ensayos.
El filósofo, Gellis Deleuze, a su vez, dice que la gramática, estudia el
enunciado, de tal forma que genera un sinsentido al lenguaje, porque los sustrae de las condiciones de verdad, de las condiciones del
sentido, de los contextos de la cultura. Lo que implica que los sustrae de la función comunicativa del lenguaje y
de los valores relacionados con la verdad y por consiguiente impide formarse criterios sobre las mentiras, las
falacias, la ideología, y las
convicciones. De allí que los estudios del lenguaje deben estar relacionados con las condiciones de verdad,
de verosimilitud, propios del
pensamiento humano; por eso decimos que la mente humana es logocéntrica,
porque es la única forma de comprender la vieja metáfora religiosa de que en
el principio era el verbo. Y el verbo de Dios no era para mentir y mucho menos
para enajenarnos.
Esta misma lección la recogen en el Estado de Massachusetts (U.S.A), el cual ha tenido los mejores
resultados educativos. Ellos le
atribuyen ese salto cualitativo a la educación, debido
al nuevo enfoque en la enseñanza
de la literatura en la escuela. Ellos se han inspirado en “los nuevos
estándares comunes de la educación estatal norteamericana". Según la periodista Sara Mosley, en un artículo publicado en el New York Times
sobre el tema, dice que los estándares son un conjunto de puntos de referencia nacionales, adoptado por casi todos
los Estados, para los estudiantes de las escuelas públicas para describir las habilidades
que debe dominar en las artes del lenguaje y las matemáticas en los que para
nosotros serían nuestra escuela secundaria básica. Aquí no tenemos estándares básicos y
cuando concursamos para analizar estos estándares, la iluminada Ministra de
Educación de nuestro país, nos saca de las mediciones internacionales de estos estándares.
El Estándar dice que por medio de la literatura los jóvenes deben
aprender a pensar, por tanto deben aprender a escribir ensayos y por tanto deben leer ensayos cortos, escribir
ensayos y saber argumentar. Así se
relaciona la lectura literaria de ensayos con la escritura. El ensayo es el
género literario que relaciona el lenguaje con la realidad, porque es un género no ficticio. Solo así diremos que la literatura sirve
para aprender a pensar y a expresar nuestras ideas y valores en un texto escrito. Los sitios de internet: ProPublica.org longform.org ofrecen a los estudiantes norteamericanos una antología de textos para que tengan de modelo para aprender
a pensar. Si usted busca en ellos un buen traductor y una buena corrección
idiomática, le permitirán elegir modelos de lectura de ensayos cortos para sus
hijos o sus estudiantes. Eso no ocurre en nuestro sistema educativo, donde no hay ensayos para
leer, o son tan escasos que su influencia pedagógica no se siente.
Por eso la capacidad de
redactar se ha convertido en la medida
intelectual de una persona, según el economista norteamericano
Emmanuel Todd, en su libro La Ilusión Económica. Lo cual no tiene nada que ver con la
gramática, pero sí con la redacción de artículos y la lectura de ensayos con
argumentos.
Según Roger Bartra, en su
libro: La antropología del cerebro,
la necesidad de dar entrada a la información lingüística parece ser
innata, pero el cerebro depende del uso
de procesos simbólicos y lógicos que las redes neuronales no pueden procesar
sin acudir a mecanismos culturales. Esto significa que no es la lengua, la
gramática, sino el lenguaje, la
escritura el que nos humaniza. Esto fue postulado por el lingüista ruso
Vygotsky, quien se empeñó en crear una nueva
teoría que abarcara una concepción del desarrollo cultural del ser humano por
medio del uso de instrumentos culturales, especialmente el lenguaje, y el
lenguaje no es la gramática sino es el lenguaje considerado como
instrumento del pensamiento. El ensayo.
Unos de sus discípulos fue Jean Piaget, que postula la misma tesis de
que los niños deben aprender a escribir textos desde la escuela primaria.
Esto fue confirmado posteriormente por otras investigaciones científicas
como la de Patricia K Kuhl expuestas en su libro Language, mind , and brain: experience alters perceptions.
Como vemos estas son razones biológicas por medio de las cuales los discursos
culturales como la literatura o la escritura y lectura de ensayos basados
en argumentos, nos convierten, en seres humanos, nos hacen ser homo sapiens; porque solo la cultura literaria en todos sus géneros desarrolla nuestra mente, amplia nuestra
conciencia, por lo que la cultura funciona como un exocerebro, el cual crea
conexiones neuronales, basadas en el
éxito del conocimiento y el pensamiento basado en la verdad, usados para el dominio de la realidad y eso solo se logra por medio del lenguaje,
porque hay una relación indisoluble entre lenguaje y pensamiento.
Esto le da una extraordinaria importancia a la literatura infantil,
porque esta experiencia cultural solo es efectiva si empieza en la
infancia.
Entonces la
respuesta a la pregunta para qué sirve la literatura incluye ahora al ensayo
como instrumento para enseñar a pensar, para enseñar a argumentar, a desarrollar la escritura, por eso ahora
decimos que la literatura sirve para hacernos más humanos, para desarrollar
nuestro cerebro. Para tener conciencia de los valores morales, para tener
conciencia de la realidad, la cual incluye las relaciones con el poder, la
dignidad humana y el amor, que son
los ejes de la cultura.
Los Ingleses, para evitar la confusión que tenemos en
Panamá, donde confundimos la historia de
la literatura con la lectura de obras literarias, han hecho una lista de las 50
obras que un estudiante de secundaria debería leer, primero para garantizar la
adquisición de valores y segundo para preservar su identidad como ingleses.
Esta lista y otras adiciones, las ponemos
como apéndice de este ensayo. Para que algún mecenas, que haya leído la
convención de UNESCO aprobada por Panamá como Ley de la República, le de una
beca universitaria al estudiante panameño que se lea estas 50 obras.
Esto significa que la literatura
no debe servir para que las editoriales
vendan basura ideológica en las escuelas y colegios, como sucede en Panamá, ni para que los estudiantes
quedan prisioneros de la gramática y del moralismo en chancletas.
Por tanto la literatura, la verdadera literatura, la literatura
creada por la tradición literaria de Homero,
Cervantes y Shakespeare,
nos sirve para preservar la verdad como principal valor de la cultura, para crear conciencia de la realidad, para defender los valores de la condición
humana, los cuales están basados en la
verdad, la moral, la dignidad, la virtud
y el amor. De esta manera la literatura le sirve a la cultura, y la
cultura le sirve al hombre, porque hace
que la literatura complemente el potencial biológico de la naturaleza
humana. Por eso la literatura a través de sus diversos géneros, sigue siendo la principal forma de la
expresión de la cultura y el arte. Como forma de la expresión básica de la
condición humana sirve al ser humano
porque el ser humano es logocéntrico, por eso terminamos reafirmando el profundo valor que hay en la máxima: en el principio está el
verbo, y el verbo de Dios no se usa para mentir.
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Nota editorial de El que lee se da cuenta: Como toda lista de antología, la siguiente es una muestra arbitraria que 5 expertos en lectura, británicos, escogieron para garantizar la adquisición de valores y preservar su identidad como ingleses. El Presidente del Consejo Nacional de Escritores de Panamá, Rafael Ruiloba, aconseja que hay que construir la lista de las 50 obras panameñas que conecten nuestra realidad histórica con la identidad y los valores.
Philip Pullman
-“Alicia en el país de las maravillas” y “A
través del espejo y lo que Alicia encontró allí” (Alice’s Adventures in
Wonderland and Through the Looking Glass) de Lewis Carroll. Indispensable. El
gran clásico de la literatura infantil.
-“Pinocho” (Pinocchio) de Carlo Collodi.
-Emil and
the Detectives de Erich Kastner. Una gran historia
política: democracia en acción.
-Swallows
and Amazons de Arthur Ransome. Tan claro y puro como
Mozart.
-Black
Hearts in Battersea de Joan Aiken. Si Ransome era
Mozart, Aiken fue Rossini. Efervescencia natural.
-The Owl Service de Alan Garner. Literatura para
niños que suena oscura y problemática.
-The Phantom
Tollbooth de Norton Juster.
-Moominsummer
Madness de Tove Jansson. Magia nórdica.
-A Hundred
Million Francs de Paul Berna. Con delicadas
ilustraciones, además del texto.
-“Las joyas de la Castafiore” (The
Castafiore Emerald) de Hergé. Tintín, el preferido de muchas generaciones.
Desarrollo perfecto, narrativa perfecta, tacto y muy divertido.
-The Star of Kazan de Eva
Ibbotson.
-“Canción de Navidad o Un cuento de Navidad”
(A Christmas Carol) de Charles Dickens.
-Just
William books de Richmal Crompton. Hay un deber para
cada niño.
-“El príncipe feliz” (The Happy Prince) de
Oscar Wilde. Una historia que hace llorar.
-The
Elephant’s Child From The Just So Stories de Rudyard Kipling.
-“La isla del tesoro” (Treasure Island) de
R.L. Stevenson. Un clásico.
-“El viejo y el mar” (The Old Man and the
Sea) de Ernest Hemingway. Una historia clásica del hombre contra la naturaleza.
-The Man Who Planted Trees de Jean Giono. Un
libro para niños de 8 a 80.
-The Singing
Tree de Kate Seredy.
-“El jardín
secreto” (The Secret Garden) de Frances Hodgson-Burnett.
-Refugee Boy
de Benjamin Zephaniah. La historia de un joven etíope,
abandonado por sus padres en Londres para salvar su vida.
-Finn Family Moomintroll (y los demás libros
de Moomin) de Tove Jansson.
-“El diario de Greg” (Diary of a Wimpy Kid)
de Jeff Kinney. Es grosero, divertido y fácil de identificar por un chico de 11
años que empieza en una nueva escuela.
-I Capture
the Castle de Dodie Smith. Escrito para una audiencia
adolescente pero divertido para cualquier edad.
-“El Hobbit
y El señor de los anillos” (The Hobbit and The Lord of the Rings) de JRR
Tolkein. Peligroso y adictivo.
-The Tygrine
Cat (y The Tygrine Cat on the Run) de Inbali Iserles.
-Carry On,
Jeeves de PG Wodehouse. Un libro mayorcito, pero no tan
mayorcito.
-When Hitler
Stole Pink Rabbit de Judith Kerr. Historia semi-autobiográfica
de Judith Kerr.
-“Imágenes en Acción” (Moving Pictures) de
Terry Pratchett. Imaginería mitológica elaborada con un trasfondo basado en la
ciencia real.
-The Story
of Tracy Beaker de Jacqueline Wilson.
-“Las
aventuras de Sherlock Holmes” (The Adventures of Sherlock Holmes) de Sir Arthur
Conan Doyle. Irresistibles historias de resolución de
misterios.
-“El curioso incidente del perro a
medianoche” (The Curious Incident of the Dog in the Night-Time) de Mark Haddon.
historia divertida y triste a la vez.
-Mistress
Masham’s Repose de TH White. Cuento mágico de María de
10 años.
-“Mujercitas”
(Little Women) de Louisa May Alcott.
-How to be
Topp de Geoffrey Willams y Ronald Searle.
-Stormbreaker
by Anthony Horowitz. First of the action-packed adventures with 14-year-old
Alex Rider.
-Private Peaceful de Michael Morpurgo.
-Artemis Fowl de Eoin Colfer. Viva, amoral,
y muy imaginativa.
-The Silver
Sword de Ian Serraillier.
-“Rebelión en la granja” (Animal Farm) de
George Orwell. No es necesario el conocimiento de Marx, Lenin, Trotsky y 1917
para apreciar este clásico.
Michael
Rosen
-Red Cherry Red de Jackie Kay. Libro de
poemas.
-Talkin
Turkeys de Benjamin Zephaniah. poemas.
-Greek myths
de Geraldine McCaughrean. Superheroes luchando contra
demonios.
-People
Might Hear You de Robin Klein. Historia profunda y con
suspense cobre sectas, libertad y derechos de los jóvenes, especialmente chicas.
-Noughts and
Crosses de Malorie Blackman.
-Einstein’s
Underpants and How They Saved the World de Anthony McGowan.
-After the
First Death de Robert Cormier. Misterio.
-The London
Eye Mystery de Siobhan Dowd.
-Beano Annual.
Excelente ensayo sobre valor de la lectura. Lo compartiré con todos mis contactos y lo subiré a blog que aborda el tema: La educación que queremos
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