La Dirección del Sistema Penitenciario del Ministerio de Gobierno realizó los días 31 de mayo y 1 de junio, en
Atlapa, la Primera Feria Cultural y Artesanal del Sistema Penitenciario.
La iniciativa tenía como uno de sus propósitos crear un espacio para que los
privados de libertad, tanto hombres como mujeres, de todo el país, pudieran
exhibir las artesanías que nacen en los diversos programas de rehabilitación en
las cárceles. También fue el espacio para que demostraran los distintos
talentos desde la música, las danzas folclóricas, tamboritos, hip-hop,
canciones románticas y religiosas, entre otras expresiones. En dos días los internos demostraron
no solo su talento, también que la cultura puede ser una herramienta de cambio.
Dentro de la Feria también estuvieron las mujeres del Programa Mi
voz para tus ojos del Centro de
Rehabilitación Femenino. Durante muchas semanas, las mujeres estuvieron
ensayando técnicas de voz y lectura para poder leer a chicos y grandes en esta
actividad. Se prepararon con literatura infantil y de autores como Pedro Rivera
y Consuelo Tomás. Como si fuera poco, estaban preparadas para contar cuentos
sin libro en mano. La Oficina del Plan
de Lectura del INAC logró insertar un Taller
de Narración Oral dentro del penal y las mujeres son verdaderas cuenta cuentos;
inclusive crearon una Coral de Cuento y están narrando historias de Eduardo
Galeano. Las mujeres ilusionadas esperaban el día de la feria.
Pese a lo positivo de la Feria,
queremos hacer una crítica constructiva a la organización. El problema con las
ferias, sobre todo el concepto de “feria” en nuestro país, es que no son
espacios idóneos para leer cuentos y mucho menos para contarlos, mientras haya
una tarima con bocinas a todo volumen justo al frente. El primer día las mujeres
contaron cuentos en la tarina, luego siguieron en un stand donde se desperdició
el trabajo de semanas. Aunque algunos despistados pensaban que las mujeres estaban recitando poesía, lo que hacían es uno
de los trabajos más difíciles, pues contar un cuento en un escenario no lo hace
cualquiera.
El segundo día las mujeres intentaron,
con valor y fuerza, leer y contar cuentos en el stand, pero el ruido no dejaba
que nada se escuchara. Es importante entender que la literatura no es lo mismo
que las danzas, las expresiones folclóricas y la música. Si la organización no
toma en cuenta estas diferencias, resulta temerario coordinar un programa donde
se pueda insertar la lectura y la oralidad. Es un desgaste y una falta de
respeto para las mujeres que durante semanas ensayaron para enseñar a la
comunidad lo que saben hacer.
La instituciones deben entender
que esta clase de programas deben servir para que quede bien, no sólo la
institución (es la percepción que tenemos), también los y las privadas de
libertad quienes necesitan que la sociedad les dé una oportunidad. Para
terminar, es vital recordar que los diversos programas que existen en los
penales sí dan frutos en las personas que quieren cambiar a través de sus
manos, sus cuerpos, sus mentes y sus voces; lo están demostrando. Sin embargo, institucionalmente
tenemos que esforzarnos para que los eventos sean la posibilidad para que la
comunidad vea los resultados y no
meros espectáculos. La Oficina
del Plan de Lectura del INAC, de
cualquier forma, felicita la iniciativa de la Primera Feria Cultural y
Artesanal del Sistema Penitenciario y en especial a las mujeres del
programa Mi voz para tus ojos, porque lo hicieron bien, ¡Muy bien!
Una Coral de Cuentos. Las mujeres contaron El amor de Eduardo Galeano. |
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