“La ignorancia es audaz y lo pretende todo. El que lee se da cuenta de su verdadero valor y no aspirará sino a lo que esté seguro de comprender y de poder desempeñar”.
Guillermo Andreve

domingo, 28 de octubre de 2012

Un discurso de la esperanza


Hay que volver a citar a Richard Rorty, el filósofo del pragmatismo estadounidense. Rorty sostiene que sin esperanza no hay futuro, que es necesario tener ideales y sueños que motiven acciones políticas; que la única manera de superar una catástrofe de gran magnitud es conservando la esperanza. 

Como el discurso de la esperanza se podría enmarcar las palabras del escritor colonense Claudio De Castro, quien ganó este año el Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró en la sección cuento. Claudio habló a nombre de los ganadores del premio este jueves 25 de octubre en el Teatro Nacional. En lo que a nosotros concierne, habló por todo un país que en momentos precisos vivía serias tensiones políticas y sociales. Los ánimos se han por fin apaciguado y las aguas bravas de los ríos se han calmado.   

El discurso de Claudio va más allá de lo que él mismo imagina. Cuando Claudo dice: "Me doy cuenta que Colón necesita algo que poco se ha mencionado. Necesita recuperar su esperanza porque la esperanza es lo que le da sentido a la vida". En realidad esa esperanza debe extenderse a toda la nación. Las posibilidades que la palabra esperanza genera van desde grandes proyectos políticos, económicos, sociales y culturales para Panamá, hasta razones para vivir con dignidad en cada panameño. Porque esa palabra, como dice Claudio, le devuelve la dignidad al ser humano. 

Felicitamos a todos los ganadores: a Claudio De Castro, Porfirio Sánchez Fuentes, Mónica Guardia, Manuel Orestes Nietos y a Javier Stanziola. Pronto estaremos leyendo sus obras con mucho placer. Y felicitamos también a los organizadores del Instituto Nacional de Cultura, en especial al Departamento de Letras, por la realización de este hermoso evento en el marco de los 70 años de haberse institucionalizado el Premio Ricardo Miró.

Oficina del Plan Nacional de Lectura / INAC



DISCURSO PARA LA PREMIACIÓN DEL CONCURSO LITERARIO RICARDO MIRÓ 2012
Teatro Nacional de Panamá
"La esperanza es como la literatura pues te abre
 nuevos mundos y posibilidades". Claudio De Castro

25 de octubre

 
Por: Claudio de Castro   (escritor colonense).                                                       



Para mí es una alegría enorme representar a los laureados de esta noche. Es un premio a la persistencia. A creer que podríamos lograrlo y amar lo que hacemos, el oficio de escribir.


Buenas Noches estimadas autoridades presentes, señores miembros del jurado, escritores laureados, familiares, medios de prensa, invitados y amigos.

Me llamo Claudio de Castro.  Hace algunos años en un lugar similar presentaba uno de mis libros recién publicados.  Había espacio para 500 personas.  Yo, joven escritor,  esperaba mil. Asistieron 15.  La mayoría, parte de mi familia.  Mi papá, que estaba sentado al frente del escenario miró a su alrededor, se paró de pronto, me llamó, bajé del escenario y me sugirió: “¿Por qué mejor no nos vamos a la casa y nos lees allá tus cuentos?”  Todos nos echamos a reír.

 Mi papá no está presente esta noche, pero estoy seguro que se sentiría muy orgulloso de este logro. A él, a su amor de padre, le dedico estas palabras y este premio.


Dios tiene caminos misteriosos que nunca comprenderemos. Tenía años sin escribir cuentos. Me había dedicado a otras actividades. Cada vez que los escritores Ernesto Endara y Enrique Jaramillo Levi me encontraban era inevitable el comentario: “¿Cuándo vuelves a escribir cuentos?”  Y yo respondía: “Pronto. Pronto”.  No tenía prisa por escribir.
Me sentía como un viejo reloj de bolsillo oxidado, sin cuerdas, abandonado en una esquina. Un día me propuse hacerlo. Era el momento. Traté de escribir relatos pensando que sería sencillo y no pude. Insistí. Y tampoco. “Debo ser persistente”, me dije.
Releí los libros que tanto disfruté en mi juventud. Seguí tratando una y otra vez. Hasta que de pronto, todo se dio con naturalidad y los engranajes de reloj volvieron a funcionar.  Cuando me di cuenta ya estaba escribiendo cuentos.  ¿El resultado? Un Premio Miró.
He recibido cientos de llamadas para felicitarme, igual los otros galardonados.  Nos sentimos verdaderamente muy honrados.
En una entrevista me preguntaron qué significaba el Miró para mí.
Quisiera compartir mi respuesta:
“Alguien me preguntó si este premio te cambia la vida. Estoy de acuerdo, te cambia porque te das cuenta que no llegaste solo.  Es un premio colectivo. No te pertenece a ti, sino a todos. Volteas y encuentras atrás tuyo cientos de personas que por años te han animado y creyeron en ti, tantos autores que ha influido en tu vida, tantos libros que te hicieron soñar”.
Veo entre los presentes a un gran escritor y miembro de la Academia Panameña de la Lengua, mi suegro el Dr. José Guillermo Ros-Zanet quien siempre me respaldaba, me recomendaba libros  y me decía: “Hay que llenar cada palabra de mundos y significados”. 
También están presentes mi madre, a quien debo la vida y lo que soy, mi esposa Vida, mi gran soporte en estos años y la correctora estricta de mis relatos; mis hijos, que me han inspirado: Claudio Guillermo, Ana Belén, José Miguel y Luis Felipe. Mi nieta Ana Sofía, recién nacida, no está presente, pero la pienso con cariño en estos momentos. También están mi hermano Henry y su hermosa familia, y tantos otros, colegas escritores, amigos, compañeros de La Salle y familiares presentes a quienes doy las gracias por acompañarnos esta noche.
Este premio te cambia la vida porque te vuelves agradecido y te hace sentir mayor arraigo a tus raíces.
Soy colonense. Muchos me han preguntado: “¿Crees que es una casualidad que un colonense se ganara el Miró justo ahora?”
Viví en la Provincia de Colón hasta los 15 años. Fueron años estupendos que disfruté mucho y me marcaron para siempre.
Para mí, ganar el Miró es como volver al pasado cuando estudiaba en el Colegio san José Paulino, cuando íbamos con mi papá, mi mamá, mis hermanos, y tío Geoffrey y tía Vera, al club de Yates y Pesca los domingos a comer y pasar un día espléndido. Alquilábamos cayucos, luego montábamos bicicleta por toda la ciudad y jugábamos hasta tarde. 
Me encantaba leer y visitar a Jesús, mi amigo de la infancia, en el Sagrario.
Quién iba a pensar  alguna vez que ese colonense ingenuo podría ganarse este importante premio.
Me gustaría presentárselo a mis maestras de primaria, a las dulces monjas Franciscanas que me enseñaron el valor de la esperanza, la certeza de Dios, lo sabroso que es vivir en Su presencia  y el amor a nuestros semejantes.
  He pensado mucho en eso. Veo impresionado, lo que ocurre en mi provincia. Y no puedo callar.  No puedo callar.
Me doy cuenta que Colón necesita algo que poco se ha mencionado. Necesita recuperar su esperanza porque la esperanza es lo que le da sentido a la vida. 
La esperanza es como la literatura pues te abre nuevos mundos y posibilidades. No puedes comprarla, ni tocarla, ni venderla… crece, se esparce,  se multiplica  y te ayuda a mejorar como ser humano, te da prudencia, fortaleza,  te ayuda a ser emprendedor y a luchar por tus ideales.
Te permite soñar e ir en pos de tus sueños. 
Con la esperanza puedes generar prosperidad. Te devuelve tu dignidad como ser humano.  Te motiva a estudiar, leer,  esforzarte, trabajar y ser feliz.
Sí, Colón necesita una gran dosis de esperanza. Nos toca nosotros, los que estamos aquí presentes, a los panameños en general, darles esa esperanza,  para que ellos, con su esfuerzo, dedicación y cultura logren un futuro esplendoroso. Se lo merecen después de tanto sufrimiento.
Este premio es un signo de esperanza, una ventana que se abre ante nosotros, que me permite asomarme,  hablar y ser escuchado.
 Queremos escribir, crear y contar historias que entretengan y te lleven a otros lugares, que te hagan pensar y desear más.
Estoy convencido que éste es un sentimiento colectivo entre todos los que somos escritores.
 Nos mueve el amor a los libros, las palabras, el anhelo de crear nuevos mundos  y entregártelos, para que tú, como lector, los descubras.
     Hemos recibido muchos correos con buenos deseos, uno en particular me ha encantado. Es de mi amigo, el escritor Ernesto Endara y quiero hacerlo extensivo:
    “Enhorabuena, colegas escritores.

Tuliviejas, amapolas, chicha de papaya y ráfagas para ustedes.”


     Muchas gracias y buenas noches.


La directora general del INAC, María Eugenia Herrera, con los ganadores del
Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró 2012.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Lourdes Silva de Martínez: convicción y compromiso.



Lourdes Silva de Martínez
Queda una especie de silencio y de ausencia cuando alguien que queremos tanto inicia ese viaje sin retorno; ese adiós infinito que revive recuerdos y memorias, también infinitas. Quedamos perplejos y petrificados; por unos segundos queremos pensar que es un mal sueño, luego la vigilia nos descubre el sentido terrible de la palabra: Resignación. Uno no se resigna, la verdad; uno aprende a seguir viviendo con la dignidad que vivió nuestro ser querido.

Cuando recibí la llamada de mi amiga Olga de Cuevas para decirme que había recibido una nota luctuosa mis ojos se cerraron en medio del taller que estaba dictando en ese momento. Antes de escuchar su nombre, sabía que se trataba de Lourdes. Mi mente se descompuso por unos segundos y hasta el ritmo de mi clase bajo de intensidad. Pensé en muchas cosas de una manera muy extraña, pero dos palabras llegaron a mi mente: convicción y compromiso. Eso era Lourdes Silva de Martínez.

Conocí a Lourdes en persona hace varios años en un viaje a Taboga. Había una actividad cultural donde teníamos que dar un taller. Ya había oído hablar de ella y de las actividades de la Asociación Panameña de Lectura. En ese entonces, ella era la presidenta de ese colectivo. Recibí la invitación personal de parte de ella misma que también sabía de mis andadas por los caminos de la animación a la lectura. Recuerdo a una mujer hermosa, brillante, feliz; con una aureola que sólo faltaba  que le colocaran un arpa en las manos para que fuera un ángel (ahora seguramente ya lo es). Aun así pensé para mis adentros (el ego y los prejuicios son mis enemigos): “qué puede saber esta mujer del tema de la lectura”. En seguida, me callaron, como se dice, la boca, o mejor dicho, los pensamientos.

Lourdes Silva de Martínez (segunda de izq. a der.) en el
I Encuentro Internacional de Fonoaudiología en  Bogotá, 2008.
Lourdes no sólo manejaba el tema que la apasionaba: la lectura; también conocía su problemática, el sentido y los atributos que la lectura, como una práctica sociocultural, tenía. Con ella nos acercamos a muchos especialistas en lectura como Josette Jolibert, Michel Pettit, Amparo Clavijo, Cecilia Rincón y muchos más. Creo que una de las cosas que todos aprendimos de ella es que había que trabajar estratégicamente unidos para que la lectura llegará a posicionarse como un tema de importancia en la educación. Ella era tenaz en ese sentido, siempre estaba dispuesta a hacer loby si era necesario para hablar con las autoridades que tienen el poder de tomar decisiones.

Loudes (izq.) con Priscila Moreno, Roberto Aguillar, Héctor Collado y Vielka Vargas.
No era una persona que hacía las cosas para ganar protagonismo, pero era una protagonista y cómplice de un sinfín de ideas que ayudaban a construir cosas valiosas dentro y fuera del país; de allí que hace poco Lourdes había sido honrada en el marco del XI Congreso Latinoamericano de Lectura y II Congreso Nacional de Lecto-escritura  al ser designada madrina de tan importante evento que se celebró en Nicaragua. Allí su trabajo significativo, como aporte a la Fundación Nicaragua Lee y a los Procesos Educativos en  América Latina, fue destacado y aplaudido.

Con la actual Presidenta de APALEC, Yolanda López.
En el  Primer Diplomado en Lectura y escritura: herramientas básicas para la educación realizado en Panamá ella fue una de las principales gestoras. También sabemos que era una de las mentes detrás de los Cafés Docentes que organiza APALEC. En las primeras Caravanas de la Lectura veíamos a una Lourdes feliz con una energía de adolescente. Que yo recuerde, nunca la vi triste o enojada. En las reuniones del Foro Nacional del Libro siempre estaba feliz y sonriente; de pronto se levantaba y decía que tenía que ir a un tratamiento médico. Conociendo lo grave de su enfermedad, aun así estaba allí, comprometida y convencida de la importancia del trabajo de promover la lectura.

Lourdes (izq.) con Nitzia Barrantes, Carlos Fong y Cecilia Rincón.
Los docentes que llegaron a escuchar sus charlas y talleres fueron testigos privilegiados de la calidad de docente que era Lourdes.  Había acuñado saberes de años de investigación que luego compartía en sus talleres con todo el amor que cabe en esa palabra. Su taller: Antes, durante y después de la lectura, era una fiesta para los maestros que se llevaban herramientas y técnicas para trabajar en el aula. Cargaba su agenda siempre con recortes e impresos de estudios y noticias sobre el tema de la lectura. Era insaciable.

Con distinguidos miembros de APALEC, su otra familia eterna.
Ojalá la partida de Lourdes nos sirva para reflexionar en muchas cosas que aún no prendemos a hacer bien. Una de ellas es aprender a trabajar articuladamente y asumir compromisos. Otra es la inconstancia en los procesos y la falta de posicionamiento del tema de la lectura en nuestras instituciones. Ojalá pudiéramos unirnos y retomar los sueños de Lourdes como era el proyecto Creciendo con la lectura, un proyecto que ella abrazó con cariño, pero que no puedo ver nacer. Ojalá algún día convenzamos a las autoridades de la necesidad de una Casa del Lector o un Laboratorio de temas de la lectura, destinado a capacitar y formar a estudiantes, investigadores y docentes. Muchas veces hablé con ella de estos sueños necesarios. Y ojalá, de llegar a ser realidad este sueño, estos equipamientos deberán llevar su nombre.

Siempre recordaremos tu sonrisa.  Buena travesía, Lourdes. Un hasta luego.

En este país de furia, ruidos y silencios; donde los promotores de lectura se pueden contar con los dedos de una mano; donde existe un Plan Nacional de Lectura abrazado por un cielo indiferente; donde los vaivenes de la política deciden los caminos estrechos de la educación; un país donde la cultura es un territorio hostil y donde no hay dinero para construir bibliotecas dignas, pero sí para Malls gigantescos o megaproyectos; en este país nos hará mucha falta Lourdes Silva de Martínez. Lo único que podemos hacer para honrar su nombre es vivir dignamente como ella lo hizo y seguir luchando con compromiso y convicción.

Carlos Fong
Oficina del Plan Nacional de Lectura
INAC


domingo, 7 de octubre de 2012

Cuentos con sol y agua

Este sábado 6 de octubre la Red Panameña de Narradores de Historias realizó su función de narración oral correspondiente al mes de octubre: Cuentos con sol y agua. En esta ocasión contamos cuentos de terror que pusieron los pelos de punta a niños y adultos. Por suerte también había historias para quitar el susto. Para noviembre, el sábado 17, estaremos una vez más contando cuentos, esta vez con sabor panameño por tratarse del mes de la Patria. Como siempre, agradecemos mucho a la Biblioteca Nacional que ya se ha convertido en un nicho sagrado de la promoción de la narración oral al brindar este espacio. La Oficina del Plan Nacional de Lectura del INAC también seguirá apoyando esta iniciativa promoviéndola desde este espacio, porque creemos que el imaginario de los cuentos son un camino seguro a la lectura. Seguimos trabajando por el rescatar el valor social de la palabra.




 La Red Panameña de Narradores de Historias cuenta con cuenteros de todas las edades.





 Grandes y chicos asisten cada mes a la Biblioteca Nacional para escuchar cuentos. 

Como siempre, los niños al final también contaron cuentos.








"La palabra hablada convoca universalmente a la colectividad, mientras que la lectura de textos escritos es una lectura individual".
Bonifacio Ofogo Nkama


En el Día del Docente

Una maestra en una localidad rural de Santiago
  lee cuentos a sus estudiantes.

El 5 de octubre se celebró el Día Mundial del Docente, decretado por la UNESCO. No estábamos enterados de esto; pero nunca es tarde para dar una felicitación de cumpleaños. La Oficina del Plan Nacional de Lectura del Instituto Nacional de Cultura de Panamá felicita a todos los docentes de Panamá y del mundo.

A esos verdaderos docentes que tienen la vocación y que saben que pueden hacer la diferencia. Los docentes son nuestro principal aliado y el mediador más importante en el trabajo de promover la lectura; pero hay miles de cosas más que se pueden hacer desde esa trinchera: construcción ciudadana, valores,  democracia, desarrollo, cultura, identidad, el verdadero propósito de la palabra "política", que hay que recuperar, derecho, ambiente, en fin.

Para celebrar el 5 de octubre  (el otro año estaremos pendientes de esta fecha y lo celebramos en grande) los dejamos con estas dos historias que son un verdadero ejemplo de vocación donde se combinan el amor y la creatividad.

Carlos Fong
Oficina del Plan Nacional de Lectura
INAC

Una maestra marcó la DIFERENCIA ...¿por qué?

Hace años un profesor de la Universidad John Hopkins asignó a un grupo de estudiantes graduandos la siguiente tarea: vayan a los tugurios. Tomen a 200 muchachos entre las edades de 12 y 16 e investiguen su trasfondo y ambiente. Luego predigan sus oportunidades para el futuro.
Los estudiantes, tras consultar las estadísticas sociales, hablar con los muchachos y copilar mucha data, concluyeron que el 90 % de ellos pasarían algún tiempo en prisión.
Veinticinco años después a otro grupo de estudiantes graduandos se le asignó la tarea de probar la predicción. Volvieron a la misma área. Algunos de los muchachos –para entonces hombres– todavía estaban allí, unos pocos habían muerto, algunos se habían mudado, pero se pusieron en contacto con 180 del grupo original de 200. Descubrieron que solo cuatro del grupo habían sido enviados a la cárcel.
¿Por qué fue que estos hombres, que habían vivido en un criadero del crimen, habían tenido tan sorpresivamente buen comportamiento? A los investigadores se les dijo una y otra vez: “Bueno, había una maestra…”
Ellos insistieron y descubrieron que en el 75 % de los casos se trataba de la misma mujer. Los investigadores visitaron a esta maestra que ahora residía en un hogar para maestros jubilados. ¿Cómo había logrado ejercer tan sorprendente influencia sobre ese grupo de muchachos? ¿Podría ella darles alguna razón por la que estos muchachos todavía la recordasen?
“No”, dijo ella, “realmente no podría” Y entonces, meditando sobre todos esos años, dijo graciosamente, más para sí misma que para sus interrogadores: “Amé a esos muchachos…”
Bits & Pieces, June 1995 Economics Press


 *****************************************************************

UNA CLASE INOLVIDABLE
Una mañana, cuando nuestro nuevo profesor de “INTRODUCCIÓN AL DERECHO” entró al aula de clase, lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila:-¿Cómo te llamas?-Me llamo Juan, respondió.-¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más!-gritó el desgraciado profesor. Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó, se levantó torpemente,recogió sus cosas y salió de la clase.Todos estábamos asustados e indignados, pero nadie dijo nada. El profesor continuó:  -Está bien, ahora sí, ¿Para qué sirven las leyes?...Seguíamos asustados, pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta:-Para que haya un orden en nuestra sociedad-respondió uno.-¡No! – contesta el profesor.-Para cumplirlas – responde otro.-¡No! –replica nuevamente el profesor.-Para que la gente mala pague por sus actos- dice otro alumno.-¡No! – vuelve a replicar el profesor. Y continúa:-Pero, ¿es que nadie sabrá responder esta pregunta?-Para que haya justicia-dijo tímidamente una chica.-¡Por fin! –Dice el profesor – Eso es…para que haya justicia.Y nuevamente pregunta:-Y ahora, ¿Para qué sirve la justicia?Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera, sin embargo seguíamos respondiendo:-Para salvaguardar los derechos humanos.-Bien, ¿qué más?-decía el profesor.-Para discriminar lo que está bien de lo que está mal…-Para premiar a quien hace el bien.- Ok, no está mal, pero…respondan a esta pregunta:-¿Actué correctamente al expulsar de la clase a Juan…?Todos nos quedamos callados; nadie respondía.-Quiero una respuesta decidida y unánime- dice el profesor.-¡¡¡No!!! –respondimos todos a la vez.-¿Podría decirse que cometí una injusticia?-¡Si! – respondimos todos en coro.-Y, ¿Por qué nadie hizo nada al respecto?-¿Para qué  queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?-Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia.-¡Todos! – Repitió: - ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más! Y le dice a otro alumno mirándolo fijamente: -Vete a buscar a Juan. Aquel día recibimos la lección más práctica de derecho. Cabe agregar…
Felicitamos a todos los docentes que luchan por dar una
educación NO vertical y cuadrada; a esos que promueven el pensamiento creativo para abrir  ventanas a la imaginación



“TODO LO NECESARIO PARA QUE TRIUNFE EL MAL, ES QUE LAS PERSONAS DE BIEN NO HAGAN NADA AL RESPECTO”

GORKA LASA INVITADO AL XI FESTIVAL DE POESÍA DE EL SALVADOR


Gorka Lasa

El poeta Gorka Lasa ha sido invitado a representar a Panamá en el prestigioso Festival Internacional de Poesía de El Salvador. Uno  de los festivales poéticos más antiguos de Centroamérica que se realizará en San Salvador, y otras ciudades del hermano país centroamericano, del 15 al 19 de octubre del presente año.

El XI festival Internacional de Poesía de El Salvador, al igual que en años anteriores, coordina una propuesta poético-cultural de excelencia literaria internacional, con reconocidos poetas de todas partes del mundo, con una agenda de lecturas en diversos espacios públicos: teatros, universidades, sedes de entidades culturales, sitios históricos, plazas, bibliotecas, museos y recintos carcelarios. El evento es organizado por la Fundación Poetas de El Salvador, La alcaldía municipal de San Salvador y la fundación PromoCultura del Salvador. 

Gorka Lasa estará presentando en el Salvador, entre otros trabajos, material de su última publicación, El equilibrio de los hemisferios, poemario recientemente presentado en Panamá.