“La ignorancia es audaz y lo pretende todo. El que lee se da cuenta de su verdadero valor y no aspirará sino a lo que esté seguro de comprender y de poder desempeñar”.
Guillermo Andreve

viernes, 4 de febrero de 2011

Cosechando libros en San Francisco de la Montaña


Como una caravana de gitanos que entra a un pueblo a vender sus magias, la alianza por la lectura llegó al Festival de San Francisco de la Montaña el viernes 28 de enero.  Con un nutrido y ambicioso programa que cumplir, nos instalamos con el bibliobús y empezamos a descargar todo el equipo y los materiales de trabajo. Las bibliotecarias de Binal instalaron su tolda, hamacas, petates y sacaron sus libros; los amigos del Inac instalaron la suya y sacaron sus libros; y un árbol dijo con voz de cueva "yo pondré mi sombra". En un principio había pocos niños, pero poco a poco empezaron a llegar, curiosos y con ganas de saber qué estaba pasando.






Las actividades se desarrollaron desde temprano. Las bibliotecarias y promotoras de lectura iniciaron colocando en los árboles  el cartel del juego SE BUSCA cuyo propósito era divulgar la biografía de autores veragüenses para promover a los escritores que han nacido en Veraguas; el árbol dijo que no había problema, que sólo le hacían cosquillas.  Por la tarde, mientras los organizadores del Festival cargaban sillas y tarimas, los promotores realizaban talleres de promoción de lectura y los niños entraban al bibliobús donde tenían un encuentro con la palabra escrita.





Llegó la tarde, se descansó un poco, se comió un poco, y cuando llegó la noche, los cuentos se escaparon por distintos lugares de San Francisco. Una noche de cuentería se realizó en el parque del pueblo, no como se había planeado, con una  fogata y un ritual que se había planeado con el título: Cuentos alrededor del fuego; el poder de la naturaleza tenía otros planes y la fuerza del viento de verano nos obligó a cambiar al plan B. De cualquier forma hubo cuentos; algunos de miedo y espanto, otros de risa y encanto. Esta cuentería fue dedicada al Maestro Eduardo Gómez quien fue el primero en decir sí en el Festival del año pasado, quién lamentablemente este año no está con nosotros, en el cielo se reflejaban dos lucecitas eran sus ojos que nos miraban llenos de alegría. También hubo cuentos en la tarima de espectáculos la noche de la inauguración del Festival.

 


El sábado 29 de enero la alianza por la lectura continuó con su jornada de promoción de lectura. Se realizaron varios talleres de creatividad literaria para niños. De pronto, se corrió el rumor que alguien andaba dejando libros por allí. Había libros en la iglesia, en las bancas, en los árboles. Lo que pasaba era simple: gracias a la Dirección de Publicación del Inac y a la Biblioteca Nacional, los asistentes y moradores del pueblo de San Francisco se encontraron muchos libros por todas las esquinas. La actividad, Libro libre, consistía en dejar libros por varios lugares para que la gente se los encontrara.












Todo estaba normal, hasta que la magia, tal vez una semilla mágica sacada de un cuento, hizo que creciera un árbol que para sorpresa de todos no daba frutas, sino libros. Esto fue muy extraño pero a la gente de San Francisco le gustó y no los asombró, porque era como en Macondo que todo era maravilloso y fantástico de vez en cuando. De allí la magia fue algo normal: los niños salían con sombreros mágicos, una bibliotecaria trajo una gallina que se paseaba en bicicleta cerca del balneario El salto, tortuguitas de colores se paseaban pidiendo su bicicleta, un chancho regordete pidiendo más comida, un topo algo contrariado, en fin.








Llegó el domingo y los talleres continuaron, los niños eran cada vez más, se metían por los zapatos, por las orejas, por la boca; los artistas no se quedaban atrás: los escritores, los poetas, los músicos, los pintores, todos estaban por las ramas de los árboles colgados y haciendo cosas maravillosas, trabajando juntos. El bibliobús se reía solito de ver a tantos niños (nosotros sabíamos que era por las cosquillas que le hacían por dentro, pero no le digan a nadie). 












Al final,  muchos niños habían aprendido muchas cosas: cómo se hace una cometa, cómo se hace un libro, cómo se hace una tortuga, cómo se puede aprender a seguir el ritmo de un tambor, cómo se puede ser diferente, cómo se le escribe a un señor que se llama Pablo Neruda y muchas otras cosas que aprendieron los niños de mano de los artistas invitados y de los promotores de lectura.










A nombre del Instituto Nacional de Cultura, la Fundación Biblioteca Nacional, la Red de Bibliotecas Públicas, el Bibliobús, la Red Panameña de Narradores de Historias, la Red Panameña de Promotores de Lectura, la Red de Promotores de Lectura de Chiriquí y la Asociación Panameña de Lectura agradecemos al pueblo de San Francisco y a los organizadores del Festival la invitación y la oportunidad de llevarle un poco de magia a los niños de ese pueblo encantador.
El equipo de promotoras y promotores de lectura.
San Francisco de la Montaña 2011.

Gracias a todos los niños de San Francisco por compartir su sonrisa y felicidad.

1 comentario:

  1. Quede alegremente sorprendida de esta actividad tan encantadora, asi si se fomenta la alegria de leer. Los felicito

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